Sunday, December 19, 2004

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Diego Cochas, ex jugador de Huracán y actualmente en Defensores, recuerda su delicado paso por el globo y lo que le costó recuperar la confianza después de un paso en falso. Conocido como "el Diego cordobés", Cochas nació en Salado, provincia de Córdoba. Conocé la imperdible historia de este personaje.

¿Cómo fue que nació tu amor por el fútbol?
- De chico, pero más que nada por mi viejo, a quien le gustaba el fútbol y me llevaba a jugar al club del pueblo. A los 13 años ya empecé a practicar en Belgrano e hice inferiores hasta el 96. Después tuve la posibilidad de venirme a River en el 97. Me cedieron a préstamo por un año y en el 98 River compró el pase haciendo uso de la opción del préstamo de $ 70.000.

¿Fue un cambio importante pasar del interior a Buenos Aires no sólo en lo deportivo sino en lo personal?
- Sí, aparte venir de Belgrano o del club que sea a River es muy lindo. Era importante para mí, para mi familia.

Luego River te cede a Defensores de Belgrano, ¿eso lo tomaste como un paso atrás?
- No, a mí me sirvió porque en su momento estaba en reserva de River y tenía varios jugadores adelante. No estaba jugando, entonces hicieron un convenio con Defensores y nos cedió a Aquino y a mí. No me quedaba otra que ir porque tenía que jugar. Gracias a Dios creo que me fue bien, porque justo ese año salimos campeones y ascendimos al Nacional B. Eso ayudó para que pueda quedarme en Defe otro año más y realizar una buena campaña. Además vinieron más pibes, Gaby Pereyra y Comba, entre otros. Defensores es como mi casa. Igual todavía tengo la ilusión de jugar en River, de poder debutar o tener la posibilidad. Defensores fue un paso muy importante para mí.

Lograste que te llamaran "El Diego
cordobés".

- Si, como dice mi viejo a la gente le caí muy bien y cuando jugábamos bajaba el "olé, olé, olé, olé, Diego..." . Bueno, cada club tiene un jugador con el cual se identifica por su forma de jugar y ellos se la agarraron conmigo. Después me tuve que ir a River para hacer la pretemporada con Pellegrini, que justo llegaba y me dijo que me iba a tener en cuenta, que la tenía que pelear. Pero se dio la posibilidad de ir a Huracán, un club de Primera. No nos fue bien a ninguno. Tuvimos una mala campaña todos. La gente de Defe que me veía por la calle me pedía que volviera. Después se dio para que volviera y estoy contento.

¿Cuánto influyó que hubiera compañeros en Defe que ya habían estado con vos en River?
- Bastante, a pesar de que en su momento éramos dos, Johny y yo. Después ascendimos al Nacional B y ahí River se interesó más por la categoría y llegaron Pereyra, Vilariño, Barraza, etc. Ése era un mediocampo que ya había jugado en River, porque jugaba con Pereyra, Aquino, Barraza y yo y de eso me acuerdo clarito cuando jugábamos en reserva. También estaba Vilariño. Para nosotros era lindo juntarnos otra vez, saber que nos conocíamos y por eso después se hablaba bien de los pibes de River. Para mí fue lindo poder encontrarme con ellos.

Después te cedieron a Huracán y ¿cuáles fueron las expectativas que tenías apenas llegaste al club?
- Para mí era lindo porque yo no había jugado en Primera en River y en Defensores en el Nacional B. Además era lindo saber que estaba Miguel Brindisi, que para mí era un técnico importante y él me quería. Entonces llegué casi sobre la hora y con dos prácticas de fútbol, ya me llevó al banco. Me hizo debutar él, algo por lo que siempre le voy a agradecer. Empecé a jugar y lamentablemente no se nos daban los resultados, no pegábamos una porque nos hacían el gol sobre la hora. Me acuerdo que el segundo partido que fue con Newell´s, erramos un penal, nos hacen un gol y perdimos, que no lo merecíamos. Ya después vinieron algunas derrotas más y Miguel renunció. Ahí llegó Babington, otro técnico importante en mi carrera que me dio la posibilidad de jugar. De los 19 partidos jugué 18, porque con River una cláusula no me dejaba jugar. Yo lo que quería era mostrarme y lo pude hacer. Pero más tarde tuve la mala suerte de que me tuve que operar de una tendinitis en el talón de aquiles que me molestaba bastante. Me operó Seveso, el médico de River. Por eso, ese último torneo lo jugué muy poco.

Lo viviste de afuera pero, ¿cómo era la sensación de estar en un plantel muy golpeado porque sabían que incluso poniendo toda la voluntad, seguían perdiendo?
- Sí, la verdad que en Huracán todos pasamos un mal momento porque era una bola de nieve que no la podíamos parar, hacíamos reuniones, charlábamos y no había forma. Después encima renunció Babington y trajeron a Jorge Célico, un muchacho de inferiores y también a algunos refuerzos más. El técnico decidió que algunos se fueran.

¿Cómo fue ese momento? Porque prácticamente cada día se iba uno, además borraba a la gente de experiencia y ponía a los más pibes, algo que no eran tan conveniente para esa circunstancia.
- Yo creo que fue un error haber dejado a tantos jugadores sin club: Morquio, Lavallén, Kobistyj, Avalos, Zermattén, que son tipos de experiencia y por más que hayamos jugado el primer torneo mal, no los podés dejar afuera. Además no te la podés jugar de una con los pibes. El segundo torneo se subió como a quince chicos y ponerlos en esa situación de saber que estaban peleando el descenso, los quemaba. Después llegó otra camada de refuerzos: Cabrol, Gigena, Camejo y también los sacó del equipo.

¿Tu relación con Célico como era?
- Buena, porque siempre me tuvo en cuenta. Me dijo que me pusiera bien físicamente y me llevó al banco con Banfield, Chicago, Unión, Boca. Ya con San Lorenzo me puso de titular. Bueno, perdimos pero no se podía, eran todos pibes, y yo era el más grande. Después jugué con Lanús y ya estabamos descendidos, por eso preferí parar por una molestia que tenía y porque no sabía que iba a ser de mi futuro. La relación fue buena, a pesar de que llegó en un momento difícil y trató de sacar a Huracán adelante y no pudo.

¿Fue la peor etapa que te tocó vivir, por ahora, como futbolista?
- El segundo torneo sí, además por la operación, porque nunca había estado tanto tiempo parado. Pero gracias a Dios no fue una lesión muy grave y yo decidí operarme a pesar de estar 3 meses y medio parado. Nunca había estado tanto tiempo sin jugar y pasé momentos duros. Por eso volví a Defe y no quise ir a otros clubes porque perdí la confianza en lo futbolístico. Además, tenía miedo de que me pasara lo mismo que en Huracán y sé que Defe en el Nacional B puede pelear el campeonato porque se formó y la gente me quiere.

¿Por qué pensas que se llegó a esa situación en Huracán?
- Porque los directivos se manejaron muy mal. Nosotros estábamos con 4 o 5 meses de sueldos atrasados y había compañeros que tenían familia y se les hacía difícil estar sin cobrar. Era todo anímico. Si en 15 minutos perdíamos 1-0, no lo levantábamos más.

Después volviste a River y justo se iba D´Alessandro a Alemania y Aguilar había dicho que se iba a preocupar más por los pibes del club, ésa era tu oportunidad?
- Lo pensé en su momento porque River siempre trae jugadores y estaban Rolfi y Gallardo y a mí se me complicaba. Tampoco me la jugué por quedarme y preferí irme a préstamo y saber que puedo pelear un puesto. Pero corro el riesgo de quedarme y desaparecer. Juego en reserva y ahí no me ve nadie. O capaz que juego un partido y la rompo. Pero creo que como Defe tiene este convenio con River, la gente del club está en contacto y también va a la cancha que está cerca. Yo cuando jugaba en Huracán venía a la platea y veía gente de todos lados, técnicos, representantes, empresarios.

¿Tenés el sueño de jugar en el exterior?
- Sí, obviamente, tengo 24 años, la edad justa. Quizá tendría que ver con mi representante y mi club, porque en este momento ayuda bastante en lo económico. Tenía oportunidades de ir para México, pero por la lesión que tuve no pude demostrar tanto. Me gustaría hacer una buena temporada con Defe e irme para afuera. México es una plaza que se ha abierto bastante y pagan muy bien. Dependerá de mí y mi empresario.

Teniendo en cuenta que la carrera de futbolista es muy corta, ¿tenés pensado qué vas a hacer cuando dejes de jugar al fútbol?
- No, en este momento no. Pero me gusta mucho la música, estoy a full. Me sorprendo porque cada día saco más cosas. Me gusta mucho el cuarteto, la música centroamericana, la salsa. Toco varios instrumentos de oído, me gustaría estudiar música para componer yo. Me encantaría poder tocar en un grupo de cuarteto.

¿Cómo es eso del grupo que armaron con Ludueña, Torres Mozzoni...?
- Somos todos cordobeses que nos gusta la misma música y nos juntamos a grabar. Además me compré una disketera con pistas y puedo armar los temas. Después compramos algún instrumento para tocar arriba de la música. Siempre nos juntamos a ensayar un rato.

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